
La prisión, por lo común, es una institución autorizada por el gobierno, y forma parte del sistema de justicia del país. También pueden ser instalaciones en las que se encarcele a los prisioneros de guerra. Un sistema penitenciario es el conjunto de prisiones y la organización respectiva que las administra.
El objetivo de las prisiones o cárceles varía según las épocas y, sobre todo, las sociedades. Su principal cometido es:
Proteger a la sociedad de los elementos peligrosos
Disuadir a quienes pretenden cometer actos contrarios a la ley
Reeducar al detenido para su inserción en la sociedad. La Constitución Peruana deja claro los dos principios imprescindibles para el personal de instituciones penitenciarias: reeducar y resocializar.
Acallar a los oponentes políticos. Esta circunstancia se produce, de manera especial, en las dictaduras, aunque también en las democracias pueden existir prisioneros políticos.
impedir que los acusados puedan huir comprometiendo su próximo proceso, se habla, en este caso, de prisión preventiva.
Proteger a la sociedad de los elementos peligrosos
Disuadir a quienes pretenden cometer actos contrarios a la ley
Reeducar al detenido para su inserción en la sociedad. La Constitución Peruana deja claro los dos principios imprescindibles para el personal de instituciones penitenciarias: reeducar y resocializar.
Acallar a los oponentes políticos. Esta circunstancia se produce, de manera especial, en las dictaduras, aunque también en las democracias pueden existir prisioneros políticos.
impedir que los acusados puedan huir comprometiendo su próximo proceso, se habla, en este caso, de prisión preventiva.
Los principios de las prisiones son:
Corrección:
La finalidad de las prisiones ha ido cambiando (más o menos) a través de la historia. Pasó de ser un simple medio de retención para el que esperaba una condena, a ser una condena en sí misma. En algunos países (principalmente los democráticos), un medio que tenía, como objetivo, el proteger a la sociedad de aquello que pudieran resultar peligroso para ella a la vez que se intentaba su reinserción, pero también podía ser utilizado como un medio de presión política en momentos difíciles. De hecho, la reinserción, casi nunca se consigue.
La finalidad de las prisiones ha ido cambiando (más o menos) a través de la historia. Pasó de ser un simple medio de retención para el que esperaba una condena, a ser una condena en sí misma. En algunos países (principalmente los democráticos), un medio que tenía, como objetivo, el proteger a la sociedad de aquello que pudieran resultar peligroso para ella a la vez que se intentaba su reinserción, pero también podía ser utilizado como un medio de presión política en momentos difíciles. De hecho, la reinserción, casi nunca se consigue.
Las cárceles son cuestionadas por diferentes razones. Es necesario, no obstante, el separar los diferentes movimientos contestarios: Para citar dos ejemplos bien claros y definidos.
El apartamento fue especialmente diseñado. Un arquitecto elaboró los planos: dos cuartos bien amplios, dos compartimientos para vestirse, un baño completo instalado a todo lujo y un balcón que miraba a un valle florido. Y todo esto con calefacción para los días fríos y refrigeración para los calientes. Pero este no sería un apartamento de soltero millonario; ¡había de ser una prisión! Uno de los grandes traficantes de drogas se lo hizo preparar para él mismo al reconocerse convicto de narcotráfico. Era una prisión bellísima, eso sí, pero prisión de todos modos.
Las cárceles siempre han tenido fama de horrorosas. Siempre han sido frías, oscuras, plagadas de ratas, cucarachas, telarañas y murciélagos. Han sido lugares de dolor, de lágrimas, de amarguras, de frustraciones. Todas las cárceles son así, excepto la de este hombre. La de él era cárcel de lujo, cárcel como para vacaciones, cárcel para darse gusto. Pero no dejaba de ser cárcel. Podía ser de lujo. Podía tener de todo. Pero le faltaba lo principal. Le faltaba la libertad.
El ocupante de una cárcel semejante puede mirar cómo vuelan las aves por el valle florido, pero no puede seguirlas en sus vuelos. Puede ver correr el arroyuelo por entre vegas verdes, pero no puede refrescar los pies en él. Puede contemplar los grandes aviones que vuelan por encima, pero no puede, aun con todo el lujo de su cárcel, hacer un solo vuelo. Tal persona está presa, y no hay para ella libertad.
En el Perú un ex presidente tiene lo mismo que el narcotraficante colombiano, y esto mas a dudas pudo hacer algo que muchos prisioneros piden a suplicas ante los tribunales o hante los pies de la misma justicia divina, sin ser escuchados o ser criticados por sus lagrimas de sangre, del aquel peso de arrepentimiento de ser privado de su libertad quisas por aquel crimen que nunca cometio. El de estar presente en el matrimonio de su propia hija(o) o en la muerte de sus seres más queridos y con la esperanza de que en poco tiempo ante su condena pueda ser Indultado por propia hija.
Por Dios donde quedaron eso dos principios establecidos en la contitución, o mi parecer se ha de cumplir de lo que alguna vez dijo Carlos Marx´s "La justicia es solo para aquellos de clase social dominante o privilegiadas".
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